Sus corazones atesoraban los mismos colores el azul y el
oro. Recorrieron Buenos Aires de diferente manera, uno, de pequeño correteando por las calles y
siendo mayor manejando su taxi, el otro con el portafolio en mano, llevando a cabo la labor de comisionista que traía cotidianamente
desde Lujan.
Con ellos conocí la “doce” en la bombonera y también las canchas de Luján y de Flandria
cuando pasaba mis días de infancia en lo de Chicha.
Recobro de mi memoria momentos compartidos: Atentos a la radio escuchando a boquita o viéndolo por televisión. También veíamos las carreras de TC y en algunas ocasiones íbamos a los circuitos. Les prestaba atención cuando me leían las noticias de los diarios. También aprendí a hacer el asado y a lanzar la caña esperando el ansiado pique. Me alegraban sus anécdotas de las distintas situaciones que les
fue deparando la vida. Siempre acompañando la mateada celosamente cebada por ellos y en largas sobremesas de fútbol y política regadas con vino tinto que por suerte nunca falto.
Hablo de Tito, mi viejo, y
de Carlitos, el padre de esos hermanos que la vida me acerco.
Transitando esta cuarentena inédita y traumática brindaremos por ellos
de manera virtual , sabiendo que desde
el cielo alzan sus copas y nos desean salud!!!
O.A.B.
Muy.bueno y emotivo.Me hace acordar a Tito y a.mi viejo que tambien compartieron los autos..y alguna que otra pezca..
ResponderEliminarmuchas gracias !!!
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