Rosa deja la pileta limpia, recoge hasta el más ínfimo cabello al terminar de armar sus largas trenzas.
Esta triste. Mas temprano le avisaron del regimiento que el Tincho Medina habia muerto. Estaba a bordo del crucero General Belgrano y su cuerpo
desapareció en las frías aguas tras el cobarde bombardeo . Ella sabía que era una locura demencial esa guerra pero está orgullosa de su novio, al quedarse sola decide irse muy lejos de Open Door .
El asomar del sol entre los cedros la sorprende sentada en el umbral, recuerda al risueño Tincho disfrazado de payaso en los corsos de la ciudad. Tomándose su tiempo, recorre unas cuadras
hasta la ruta 6, en la banquina hace señas ansiosa por desaparecer lo mas pronto posible. Al buen rato
va deteniendo su serena marcha un despintado Opel K 180. Despacio Rosa se acerca y una dama al volante de manera
cordial la saluda.
—Buenos días, soy Matilde. -- ¿A dónde se dirige?
— Me llamo Rosa.-- A cualquier lado que me aleje de aca.
—Voy hacia el sur, hasta Thames.
— Esta bien ¿puedo acompañarla?
—Suba, por favor.
Rosa expone los motivos
del viaje, Matilde escucha sin interrumpir.
Transcurridas unas horas deciden descansar. Ingresan a “El Aljibe” un acogedor almacén de campo. Se sorprenden con el crepitar de la grasa cliente y solicitan cuatro empanadas. Piden permiso para el primordial
uso de los sanitarios, luego de
asearse reposan debajo de un umbroso ombú. Rosa toma de a sorbitos el gélido porrón , la conductora mostrando responsabilidad
prefiere acompañarlas con una Tónica.
Matilde es una enamorada de su profesión y cuenta que se traslada
para ocupar el cargo de odontóloga en los centros de
atención pública del distrito.
— ¿Cómo me dijo que se llamaba el lugar adonde nos
dirigimos? Insiste Rosa.
Thames, Su nombre rinde homenaje a José
Ignacio Thames. Sacerdote tucumano y diputado. Participó en el congreso donde se aprobó y firmó el acta de nuestra independencia el 9 de
julio de 1816.
-¿Lo estudió?
-No, siento interés por la toponimia de los lugares que visito. De paso aprendo que nunca está de más.
¿ Vamos yendo?, sugirió
Matilde.
El cielo presagiaba tormenta. A los pocos kilómetros
llovía copiosamente. Aminoran la velocidad ante la presencia de un caballo que trotaba arrastrando un desarticulado carro con
fardos de pasto. Rosa, atenta a los movimientos del extraordinario transporte,
nota que el paisano extiende su mano derecha antes del siguiente cruce, a los
pocos metros se adentra en la huella hacia un ranchito lejano.
--Cuénteme algo más de ese tal Thames. Sugiere Rosa.
--Recuerdo que falleció el 9 de febrero del 1832. Lo tengo presente porque mi padre cumplía años ese día y el 832 es mi número preferido en la quiniela.
--El mío era el 17.... Pero a partir de ayer es el 05 , espero mi mascota me traiga suerte.
--¡Esto no me lo va a creer Rosa ! Nadie puede visitar su sepultura porque por desinterés o negligencia construyeron sobre ella la actual catedral tucumana y una playa de estacionamiento…
Rosa permaneció en silencio…se dio cuenta que como los
descendientes de Thames tampoco encontrará el lugar del descanso eterno de su amado Tincho Medina.
Diferentes situaciones, profanados homenajes, indignas despedidas.
O.A.B.
Enternecedor homenaje a los héroes de Malvinas y todos los olvidados.
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