En su primera vez no pudo cumplir con el recorrido luego de nadar 10hs. 55min. Antonio Albertondo abandonó la prueba.
Había partido desde Tigre con destino al Puerto Nuevo. Se lo
tomó con calma, sabía que entrenándose diariamente los
logros llegarían.
Nadador
nato, profesor en su querido Beccar, donde
nació el primero de agosto de 1918. Nunca se interesó por
correr manejando algún automóvil. Tampoco quiso subirse a una bicicleta y pedalear por horas. Antonio
quería representar a su país con el cuerpo sobre el agua, braceando y
pataleando acompasadamente, cuanto más tiempo mejor.
Su esposa Irma no estaba sorprendida con la loca idea que Antonio tenía en mente . Quería nadar ida y vuelta el Canal de la Mancha. Ella sabía que lo va a intentar, hasta lograrlo no iba a parar, aun teniendo que ir lejos cumplía los desafíos. Así es que en muchas ocasiones se compraba un pasaje de avión y… al agua.
Antonio Albertondo mantenía una
conducta ejemplar cuidándose en las comidas, no fumaba ni bebía alcohol, en sus entrenamientos poco le importaba estar al reparo de la lluvia, cumplía su rutina contra viento y marea.
Irma, recuerda cuando se le escapaba una sonrisa burlona al verlo meticuloso en sus movimientos previos a zambullirse , Antonio se untaba el cuerpo con lanolina protegiendo su piel de
las frías aguas.
Antonio me decía: — ¿De qué te reís? Acaso vos no
dejas el piso encerado. Yo del mismo modo cuido
mi piel consiguiendo un mejor deslizamiento.
Su familia cuando podía lo
acompañaba desde la costa, era alentado también por un grupo de admiradores que sobre un bote secundados por su instructor cantaban canciones, lo alimentaban y le hacían
escuchar música para mantenerlo despierto mientras él sostenía el ritmo en las
distintas proezas.
En el año
1957 logró lo que Pedro Candioti otro
sensacional nadador argentino no pudo, luego de 80
hs 40 minutos completó el trayecto entre Rosario y Puerto Nuevo de Buenos
Aires. En varias Ocasiones Antonio invito a Pedro a recorrer juntos ese trayecto,
pero por diferentes motivos no lo
pudieron concretar.
El jueves 21
de septiembre de 1961 Beccar era un
jolgorio, Antonio Albertondo cruzó el Canal de la Mancha
como quería, de ida y vuelta, en 43Hs.
5min.
Fue la cuarta incursión en ese lugar , lo había hecho en los
años 1950,1951 y 1954 pero aquel glorioso día recorrio el canal en ambas direcciones, siendo el
primer hombre en conseguirlo.
En la ciudad
inglesa de Dover, desde donde Antonio empezó a edificar la hazaña se levantó un
monolito en recuerdo del exitoso raid.
En 1962 Antonio,
intentó romper el récord de permanencia en el agua, quien lo ostentaba hasta
ese momento era el paraguayo Gilberto Ruiz con 105
horas.
Luego de
nadar 80 horas frente a las playas de Sainz Tropez, Antonio detuvo su marcha.
No quiso hacer uso de los
5 minutos de descanso por cada dos horas
de competencia ."Por reglamento le es permitido al nadador sujetarse
de la embarcación perteneciente a su
equipo de colaboradores."
Exhausto,
pero feliz, recibió el abrazo de su familia, lo recaudado en el evento fue donado a al centro juvenil de Don Bosco.
Durante los
años siguientes Antonio Albertondo o “Corchito”, así lo llamaba el periodismo, siguió
haciendo lo que más le gusta, nadar. En 1974 marcó el nuevo récord sudamericano
de distancia, recorrió los 444km que separan a la ciudad de Goya en la
provincia de Corrientes con la ciudad de Diamante en Entre Ríos empleando un tiempo de 77 hs.55m.
Oficialmente
es su último desafió cronometrado, desarrollado como los anteriores con tesón,
respeto, y por sobre todas las cosas sin trampas, nunca quiso sacar
ventajas.
Antonio
Albertondo entre las sabanas de su lecho, el 6 de julio de 1978 braceó hasta que su enorme corazón se lo permitió.
Cuenta una
leyenda urbana que encontró sobre algún camalote en el Paraná a su ídolo Candioti, fallecido en 1967 y Juntos se dejaron arrastrar por unas bellas ninfas
hasta Rosario, trampeando ahora si, por primera vez a los jueces.
O.A.B.
N. del
A. El
natatorio olímpico del campo de deportes de San Isidro lleva su nombre.
Testimonial, heroico, buen nadador "Corchito" atento a los desafíos.
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