Yendo a
jugar con alegría, Alejo se queda
esperando en la esquina.
Prefiere
caminar un poco y no sentarse en el umbral,
teme que la nonna conozca a su novia espiando tras las
cortinas.
La nonna
Amelia, alcanzo al despedirlo a darle un
chaleco. — tomá nene… mirá que a la noche
refresca.
Alejo es el base titular del equipo. Estela lo acompaña siempre, se conmueve al verlo embocar triples y disputar cada pelota como si fuera la última.
Estela está en todos los detalles, con el transcurrir de los partidos ella notaba cada vez mas rota a su zapatilla izquierda. Sabe que la plata en la casa de Alejo alcanza para comer solamente, por eso el día de su cumpleaños le regaló un par nuevo.
Entre Cocas y panchos repasan jugadas, la charla es amenizada por la música que llega a través de los casetes.
Ovidio el buffetero es fanático de Charly, con Sui Generis les taladra el cerebro. Cada tanto lee delante de las mesitas algunas letras que expresan la cruel realidad setentista.
Últimamente lo ven un poco triste al bueno de Ovidio porque se comenta que el dúo estaría dando un concierto de despedida.
Apesadumbrado , siente la necesidad de concurrir, pero como no tiene un mango , está decidido a vender el
anillo de casamiento paterno.
Esa amada herencia la guarda en el arcón familiar
junto a muchas fotos, algunos discos y las flechas azules 39 .
Hablando con el técnico, Alejo y Estela no quieren que Ovidio se desprenda de la preciada joya, Reúnen a todo el plantel y deciden hacer un baile en el gimnasio. Lo recaudado se lo regalaran para que pueda ir a ver a su ídolo.
Conocidas las fechas
en el mítico Luna Park y con la colaboración de las autoridades , se encargan de la organización tratando de que Ovidio no se entere.
Una vez finalizado el exitoso evento Ovidio es convocado al
escenario. Alejo y Estela le entregan los pasajes y algo de plata. Además el técnico le da la dirección de Daniel, un primo suyo que vive en Palermo. Ya le avisó que sacara una entrada de más, y si podía conseguir alguna habitación en una pensión cerca de su casa mucho mejor.
Ovidio, les agradece y entre lágrimas se llega hasta el grabador para poner play en Instituciones. Jura en medio de los aplausos que jamás se va a olvidar en la vida este momento. Tacha en el almanaque de 1975 los días que faltan, simula a un internado enumerando en la pared de la pieza sus confesiones
de invierno, no ve la hora de que llegue el viernes 5 de septiembre .
El fanático de Comodoro Rivadavia disfruta en su primer visita a Buenos Aires, Daniel se ofrece a guiarlo en sus paseos. Llegan temprano, se ubican tras las rejas, acompañan desafinando . Afónicos, se trepan y revolean sus remeras en el final
histórico. Remontan Corrientes en busca de Guerrin,
se acomodan en el mostrador, piden moscato, mientras esperan miran las entradas y entonan
bajito… aprendí a ser formal y cortés…. Chocan sus vasos y escuchan — ¡chica de muzza con fáina! …. Probando el primer bocado se abrazan diciendo — ¡estamos hecho
papá!... ya nos podemos morir tranquilos.
N. del A.
La imagen pertenece al sitio noticiariosur.com.ar
O.A.B.