Solícitos cocheros en carruajes conducen por las calles difusamente iluminadas. Noche larga, solsticio de invierno en la ciudad de Buenos Aires.
Romualdo, pone atención en la noticia del diario "Centenario del nacimiento del primer almirante de la fuerza naval Argentina". Espera a sus colegas profesores para jugar al mus como todos los martes . Más tarde de lo acordado van llegando a la cita, traen distintos tipos de vinos y despojándose de sus calzados en la puerta, cumpliendo con la norma de la casa ingresan en calcetín. Luego de unas horas de cartas deciden dar paso a la degustación pertinente.
Entre copas, Romualdo les comenta que por esos días se esta cumpliendo un nuevo aniversario del natalicio de Guillermo Brown, busca el periódico y continua,:- Fue el 22 de julio de 1777 en Irlanda,
-Claro, sabia que era por este mes, asevera Sergio secándose unas gotas de vino en su chaleco.
-Si quieren les leo parte del texto que escribió en su memoria, el historiador Lucio Palique.
-Adelante Romualdo, sugirieron los concurrentes.
Entonces menciona - El general San Martin reconoció como el mayor logro de la revolución, al triunfo de nuestras fuerzas marítimas comandadas por Don Guillermo derrotando a los realistas en la batalla de Montevideo el 17 de mayo de 1814 .
- !Que honor! interrumpe Felipe
- Dale nomás, Romualdo
-En 1815 encabezó una flotilla de buques al mando de su fragata , recurriendo a la guerra de corso, recibiendo el apoyo del gobierno que le cedió el bergantín Santísima Trinidad comandada por Luis Brown . Hipólito Bouchard completaba la escuadra con la que hostilizaron y capturaron barcos enemigos navegando por el océano Pacífico .Cañonearon la fortaleza de El Callao y atacaron Guayaquil, fue tomado prisionero ,y gracias a las amenazas ejercidas por sus camaradas con asolar la ciudad, lo liberaron.
Sirviendo una segunda vuelta, Esteban consulta: ¿ Volvió a nuestras costas?
-Para su desdicha mi estimado, el gobierno lo amenazo con un juicio por emprender el viaje supuestamente sin permiso.
-¿En serio? Espetó Esteban, pinchando un cuadradito de queso, subiendo el tono expresó:!Es una broma!, ¿Con lo que se brindó por nuestra patria le objetan el accionar de corsario.?
-Tras esa inaudita situación, Don Guillermo se quedó acompañando a la Gran Colombia en sus lucha contra el imperio inglés,
-¿ Como le fue ? Insistió Esteban
- Lamentablemente lo tomaron preso , fue despojado de todas sus pertenencias, le devolvieron unas pocas al cabo de un extenso juicio en Londres.
-¿A vos te parece por lo que tuvo que pasar,? Se apenó Romualdo y continuó : A pesar de los contratiempos sin dudarlo, volvió a su patria adoptiva. .
-Permitime Romualdo - sigo yo, sentate y tomá una copa. Sugirió Esteban
- Hombre de mar, nuestra nación lo adoptó, y él no la defraudo, defendiéndola como pocos, por su lucha Buenos Aires fue la única ciudad del virreinato no invadida , triunfó en el combate de los pozos el 10 de junio de 1826, ante el poderío brasileño, bajo las órdenes del vicealmirante Rodrigo José Ferreira Lobo.
Esteban dando vuelta la página, hace hincapié en el siguiente párrafo - Íntegro, ¡un caballero señores!, su último acto heroico lo ejecutó el 15 de agosto de 1842 en el combate de Costa
Brava, enfrentando a las fuerzas del
presidente uruguayo Fructuoso Rivera, que en su afán de atacar a nuestro gobernador Juan Manuel de Rosas, designo al mando de los
invasores al el corsario italiano exiliado en Montevideo José Garibaldi, Don
Guillermo con un gesto de hidalguía no lo tomó prisionero, instó a sus aguerridos luchadores a dejarlo
escapar por considerarlo un gringo valiente.
Facundo que se había mantenido callado durante el relato, mencionó : La verdad, !Como extrañamos a tipos ! y sugirió: Por favor, seguí que está muy interesante Esteban .
Diligente Esteban prosiguió: el tres de marzo de 1857 Don Guillermo ya retirado, descansaba en su quinta de Barracas conocida como “casa amarrilla”, recibía muestras de cariño y hasta era valorado por sus enemigos.
De a ratos añoraba la sonrisa de su hija Elizabeth , ella no logró asimilar la pérdida de su amado , el comandante Francis Drummond en la batalla de Monte Santiago, combatiendo junto a Don Guillermo, y se adentró plácidamente en las aguas turbias del río poniéndole fin a su corta vida.
El “viejo
Bruno " , así era llamado respetuosamente por los paisanos, castellanizando su apellido,
se duerme y sueña con la bandera argentina flameando en el mástil de su fragata
Hércules, jamás despierta.
conmovidos los comenzales, alzan sus copas y brindan ! a su salud, Don Guillermo!,
O.A.B.
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