Las damas de la mesa uno
llegaron hace un ratito
comparten un rico tecito
con masitas de desayuno.
En la tres solo un muchacho
mirando pasar a la gente
prefiere tomar un whiscacho
y borrar a Eva de su
mente.
Los chismes de sus compañeras
chamuyan dos veteranos
en la cuatro y de buenas maneras
recuerdan relatos vanos.
Las ferroviarias se encuentran
siguiendo con la tradición
en la once ellas se sientan
desde su justa jubilación .
El bancario fiel a la dieta
ocupa la doce solo bebiendo
en la dieciocho el poeta
su novela está escribiendo.
los ñoquis del congreso
en la catorce rosquean
no sienten vergüenza por eso
al contrario, se pavonean.
La viuda cree oportuno
de conocer desayunando
al senador de la veintiuno
pero en la quince esta dudando .
Padre e hija silenciosos
en la veintitrés ubicados
transitan momentos luctuosos
se los nota desorientados.
En la veinticinco el barra
espera por una changuita
que el diputrucho Gamarra
le pagará con nuestra guita.
Tres mozos atienden el salón
jactándose de su memoria
atentos en cada ocasión
forman parte de la historia.
Mesas y momentos fortuitos
del Café De Los Angelitos
sobre Rivadavia y Rincón.
O.A.B.
N. del A.
Los personajes citados son producto de mi lúdica imaginación.
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